El mes de enero estuvo signado por una modificación de la política cambiaria oficial, dejando atrás la devaluación gradual, por una suba 16% del dólar oficial en dos días (del 22/1/14 a 24/1/14) para luego estabilizarlo. El BCRA impuso una fuerte suba de tasas y la obligación de los bancos de vender parte de sus posiciones en dólares. También se autorizaron pequeñas compras de dólares “ahorro” por particulares.

La nueva estrategia parece estar orientada a estimular la liquidación de granos por parte de los productores, disminuir la brecha entre el dólar oficial y el paralelo, y revertir la pérdida de reservas. El objetivo de estabilizar el mercado cambiario parece dominar la política económica en esta coyuntura, subordinando, por el momento, otras cuestiones de política económica como la inflación, el poder de compra de los salarios y el nivel de actividad.

La reciente presentación del IPCNu por el INDEC (+3,7% ene.14/dic.13), da cuenta de una aceleración de la inflación que alcanzaría el 25,8% de aumento respecto al mismo mes de 2013, donde aún no se registra el impacto total del traslado a precios de la devaluación de finales de enero. En ese contexto, se anticipan unas complejas paritarias donde se definirá el impacto de la nueva política cambiaria sobre el poder de compra de los salarios y los precios.

En materia de competitividad, el alza del dólar oficial revierte el impacto de la devaluación del Real brasileño de mediados de 2013, retrotrayendo el Tipo de Cambio Real Multilateral a valores similares a los de mediados de 2011. La economía argentina resultaba un 54% más barata en diciembre de 2013 que en tiempos de la convertibilidad, valor que se ampliaría a un 70% tomando en cuenta la fuerte devaluación del peso de enero de 2014.